14.00 horasUn taco de puchero para comer 09.00 horasDesayuno en Casa Orzáez 11.00 horasOrangerie, la no floristería En Sevilla las mañanas son memorables, de un mercado de abastos a una casa de comidas. La Casa del Tigre debe su nombre al tigre que tuvo el antiguo habitante de la finca. Los quesos de Casa Orzáez son un reclamo en su gran carta de desayunos. 09.00 horas Desayuno en Casa Orzáez Pocas cosas hay más auténticas que catar algo en un merca-do de abastos. Así empieza nuestro día. Desayunar pan de masa madre o llevarte algún queso para probar (o untarlo en tu tostada) es una buena idea, sobre todo si son productos tan cuidados como los de Casa Orzáez, un proyecto fami-liar adepto al slow food. Ellos se definen así: “un punto de encuentro entre pequeños productores honestos, ciudada-nos conscientes y alimento vivo”. Aunque su pasión son los quesos de leche cruda, en este pequeño espacio ofrecen una carta de cafés e infusiones, zumos y bollería recién hecha en su propio obrador. Nuestra primera parada nos obliga a dete-nernos, respirar y disfrutar de algo real y artesano. Mercado Puerta de la Carne (Avda. de Cádiz, 20), puesto 28. 11.00 horas Orangerie, la no floristería Es un pequeño paraíso de plantas y flores con especies fue-ra de lo habitual en Sevilla. Un original pulmón que regen-ta Juanma González, un apasionado de la botánica desde pequeño. De la mano de su abuela volvían a casa con esque-jes de las plantas de sus vecinas, a día de hoy toda una tradi-ción para él. Visitar otros países y entender su botánica hizo que poco a poco se originara lo que más tarde se ha conver-tido en uno de los últimos negocios locales más especiales del corazón de Sevilla. “Conocer lugares nuevos también ha sido descubrir especies nuevas. Una planta te habla mucho del país, del clima, de su paisaje...”. En Orangerie no solo trabajan la venta, también decoran eventos, lugares y cola-boran con obras artísticas dotándolas de la frescura y calidez que solo la naturaleza puede aportar. Orangerie. Calle Correduría, 5. 14.00 horas Un taco de puchero para comer Pequeño, acogedor, elegante y con una carta de 16 platos. El refrán “Lo bueno, si breve, dos veces bueno” se cumple a raja-tabla en esta casa de comidas, La Casa del Tigre. Lo acom-paña un storytelling de lo más curioso: el restaurante se llama así no por obra y gracia del brainstorming, sino por José María Lassaleta, un explorador que acabó siendo director del zoo de Jerez y vivió en esta finca en los años 70. Acostumbrado a no estar solo, tenía como mascotas, entre otros animales, ¡a un tigre! Si pasas por allí encontrarás una cocina tradicional con toques contemporáneos, platos ideados por el chef Luis Plaza y pensados para pedirlos todos o casi todos, y así no nos quedamos con las ganas de ninguno. Pero si no te pilla con mucha hambre, no olvides pedirte el taco de puchero que, además, en invierno sienta especialmente bien. La Casa del Tigre. Calle Amparo, 9, local B.