+de 200 KM/H L La ciudad de Lyon vive literalmente “encajada” entre dos lomas. Una –la colline qui prie (la coli-na que reza)– alberga el barrio de Fourvière y con-templa el Vieux Lyon, el distrito que define el alma entre medieval y renacentista –y, sobre todo, bur-guesa– de la ciudad. Otra, la Croix Rousse –la colline qui travaille (la colina que trabaja)–, donde, dicen, Lyon se hizo rica, ya que aquí se situaban los telares de seda y vivían los obreros –canuts– que durante el XIX hicieron florecer la ciudad. Confluence era un terreno donde Lyon había apartado todo lo que la gente no quiere tener cerca y hoy es el lugar donde todo el mundo quiere ir. Vincent Bou (izda.), en la puerta de The Royal Racet (48 rue Mercière), una de las múltiples tiendas y restaurantes que inundan el corazón de la Presqu’île. La Sucrière (abajo), antigua azucarera de Confluence reconvertida en sala de exposiciones y eventos.