+merece un viaje Seguir leyendo Los tortos de maíz y la fabada son dos ejemplos de la culinaria asturiana. El primero se abre camino en las mejores cartas de la ciudad, donde la fabada es un plato internacional. En la calle Gascona se hace la Preba de la sidra, un evento que reúne a miles de .personas en torno a la primera sidra del año. 01 fernando moré“Soy artesano, no soy un diseñador de moda” Lo que comenzó siendo una afición diseñando camisetas y tablas de skate en 2007, terminó, tres años más tarde, en un taller de sastrería contemporánea en el corazón de Malasaña haciendo prendas vaqueras a medida. Fernando Moré (Madrid, 1983) se define a sí mismo como “artesano, no soy un diseñador de moda”. Con su firma The Concrete Tailoring Workshop es responsable de crear un nuevo modelo de confección a medida con tejidos poco habituales en este tipo de oficio: “Utilizo telas más duras, algodón encerado, lanas, linos o denim (vaquero), nada de plásticos, todo son tejidos naturales, más recios, incluso para hacer una americana o un pantalón; me inspira la ropa de trabajo y la militar”. Autodidacta, ahora tiene su taller en el barrio de Puerta del Ángel, desarrolló su propio sistema de patronaje que incluso ha estado enseñando en escuelas de diseño. “Hay que huir de la tendencia del fast fashion (moda rápida), aunque sea más barata, lo hecho a mano, lo artesano, lleva unos costes de tiempo, pero es moda a largo plazo, sin tendencias ni consumo rápido”. Su cliente se acerca a él buscando prendas atemporales, “bien hechas, para toda la vida; probablemente te haga una chaqueta que termine heredando tu hijo”. El verano ya está aquí (o casi). Y Oviedo empieza a vivirlo en la calle. Es el momento de celebrar en directo su capitalidad espa-ñola de la gastronomía que ostentará durante 2024. La variedad de sabores hace de la cocina asturiana uno de los estandartes culinarios del país. Tradicional, clásica y moderna. Y todo regado por la sidra, con Denominación Origen Protegida (DOP), santo y seña para brindar y festejar en Asturias. Junio comienza con la gran fiesta de la sidra. Los días 2 y 3 son fechas sagradas para los amantes de esta bebida que tiene su origen en las manzanas. El primer día se celebra la Pebra de la sidra, una cata de la primera sidra que se ha hecho en los lla-gares (lagares). “Es la sidra nueva, la primera de la temporada”, asegura Pedro Caramés, presidente de la Asociación de Sidrerías de la calle Gascona. Desde hace 24 años, esta céntrica vía, cerca de la catedral de San Salvador, se convierte en el laboratorio anual de la sidra. En sus 300 metros, 14 sidrerías ofrecen a expertos y visitantes unos 15.000 litros, que se consumirán en unas tres horas. Los escanciadores no tienen descanso. Además, mientras se come y se bebe, un jurado de expertos –realizan una cata a ciegas– y los 7.000 visitantes –mediante puntuaciones personales– decidirán cuál es la mejor sidra del año. “Ganar en Gascona da prestigio: garantiza las ventas del año”, afirma Caramés. El colofón a esta divertida cita es el lunes 3, Día Mundial de la Sidra, una apuesta del ayuntamiento ovetense que se celebra desde hace tres años. Los asturianos tienen la vista puesta en el otoño, porque por entonces, en Paraguay, se decidirá si la cultura asturiana de la sidra es declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. El primer peregrino La fiesta en la calle no parará. La siguiente nota en la agenda tiene fecha: fin de semana del 12 al 14 de julio. Una recrea-ción histórica de cómo era el Oviedo medieval. Un viaje a los tiempos del rey Alfonso II, el Casto, considerado el primer peregrino, desde que en el año 834 viajase a tierras gallegas avisado por el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago. Oviedo se convierte así en el punto de partida del conocido como Camino de Santiago primitivo. Por tal motivo, desde la plaza de la catedral hasta el parque de invierno, el que se encuentre en la ciudad podrá conocer de primera mano cómo era la sociedad medieval. Juegos, certámenes, música, romerías y comida con el denominador común de la diversión. De modesto a ‘delicatessen’ La culinaria asturiana ha recuperado para su completo reperto-rio gastronómico una receta humilde, casera y con muchos años, que ahora, como una delicatessen, tiene sitio en las mejores car-tas asturianas: los tortos de maíz. Una fina torta frita de ese cereal que se acompaña de picadillo de morcilla o chorizo, hue-vos fritos o quesos. Un plato contundente “que llena la barriga y el alma”, según describe Pablo Aller, secretario de la Cofradía Gastronómica del Torto de Maíz de Asturias. Esta organización, que nació 2022, quiere darle al torto el papel importante que tuvo en tiempos de escasez, cuando el maíz sustituía al trigo, y reconocer el valor de la cocina tradicional.