Un destino sorprendente a pocos kilómetros de la Puerta del Sol Para descubrir la Sierra Oeste de Madrid hace falta tiempo porque las posibilidades son muchas y variadas: maravillas naturales, históricas y artísticas para sorpresa del viajero. club renfe para Álava club renfe para Comunidad de Madrid Seguir leyendo Abajo, una de las salas del Museo Lunar, de Fresnedillas de la Oliva. Arriba: Monasterio de Santa María la Real en Pelayos de la Presa. Viajar a la comarca de la Sierra Oeste de Madrid es abrir un abanico de ofertas muy amplio, que abarca desde el contacto directo con la naturaleza hasta el enoturismo, sin olvidar el rico patrimonio cultural de la zona o el turismo familiar. La marca Madrural, que organiza el turismo rural en las comarcas de la Comunidad, presenta unas interesantes propuestas para descubrir “El Madrid que no te esperas”. La Sierra Oeste está en la parte suroccidental de la Comunidad de Madrid y comparte elevaciones con las sierras de Guadarrama y Gredos. La altitud oscila entre los 500 metros de las zonas más bajas y los 1.500 de la serranía, por sus tierras discurren los ríos Alberche, Cofio y Perales, y la vegetación predominante es la del bosque mediterráneo con sus coníferas (pino piñonero), encinas, alcornoques… Es recomendable que el viaje ocupe varios días porque hay mucho que ver. Lo mejor es establecer un punto base en cualquiera de los 19 pueblos de la comarca, desde donde partir a los diferentes destinos. Turismo de naturaleza. Empezamos por las rutas de senderismo. Descubrirá lugares de ensueño: bosques, ríos y paisajes impresionantes como los de las rutas que transcurren por la Dehesa de Navalquejigo, el castañar de las Rozas de Puerto Real o las vías por el río Cofio y las cárcavas del río Perales en Villamantilla. Los amantes de la bicicleta tienen espacios para hacer kilómetros no exentos de dureza. Anoten dos rutas: la conocida como ‘la espacial’ (unos 45 km) por Zarzalejo, Fresnedillas, Colmenar del Arroyo y Robledo de Chavela, y la de los vinos (38 km) por San Martín de Valdeiglesias, Cadalso de los Vidrios y Cenicientos. ‘Playeros’ y navegantes también tiene sus rincones para practicar sus aficiones acuáticas. Los primeros en las playas de uso público en el Pantano de San Juan (la de Virgen de la Nueva tiene bandera azul) y en el embalse de Picadas. Y los segundos podrán navegar en las aguas del Pantano de San Juan, que es la sede del Real Club Náutico de Madrid. También es posible disfrutar de la fauna, ya que la comarca incluye la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) de los encinares de los ríos Alberche y Cofio, donde habita el águila imperial, reina del espacio aéreo de este territorio. En el Centro de Educación Ambiental El Águila de Chapinería tienen información para actividades, rutas (senda de las Lagunillas, cinco kilómetros bien señalizados) y exposiciones. Edificios atractivos Todos los pueblos de la comarca exponen al viajero un patrimonio cultural rico y variado. Arquitectura, museos, arte, pintura y escultura. Los pueblos de la Sierra Oeste acogen escenarios mágicos como las Casas con vida de Fresnedillas de la Oliva, una iniciativa de la artista Elena Parlange para rehabilitar casas abandonadas del casco urbano a través de pinturas en ventanas y puertas de los habitantes y animales que vivían en ellas y que ahora vuelven a ser habitadas. O bien visitar San Martín de Valdeiglesias, en la frontera con Toledo y Ávila. Una población con un casco urbano medieval muy interesante y su castillo de la Coracera, del siglo XV, construido por Álvaro de Luna, condestable de Castilla, y vigilante del horizonte. O el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa, de la orden cisterciense y monasterio más antiguo de Madrid, fundado en 1150. Y también se puede realizar la ruta de los fortines de la Guerra Civil en Navalagamella, un recorrido de casi cuatro kilómetros para conocer estas fortificaciones militares. Viajar con la familia Hay lugares en la comarca donde grandes y pequeños puede pasárselo muy bien. Los amantes del espacio tienen una visita obligatoria: el Museo Lunar de Fresnedillas de la Oliva, inaugurado en 2010 por el astronauta Miguel López-Alegría y con una colección de objetos espaciales. Esta estación espacial sirvió de apoyo a la misión Apolo 11 que llevó al hombre a la Luna. En Aldea del Fresno, el viajero tiene un parque zoológico para disfrutar visualmente de una rica fauna salvaje. La sabana madrileña en su esplendor. Para finalizar, se puede visitar el Bosque Encantado de San Marín de Valdeiglesias para alucinar con las esculturas vegetales de este espectacular jardín botánico. El vino de Madrid En la comarca se encuentra la subzona de San Martín de Valdeiglesias que abarca varios municipios con diferentes bodegas inscritas en la Denominación de Origen Vinos de Madrid. Tierras de garnachas, albillos y tempranillos que dan caldos con personalidad. Desde 2016 hay un programa de enoturismo con varias propuestas de ocio que tienen al vino como protagonista.