Seguir leyendo “A las 5,25 de la tarde del día 14 de abril de 1943”. Hace 80 años, y tan solo dos años después de la creación de la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles, RENFE, se inauguró este edificio –neobarroco, asimétrico e inspirado en un pazo– que acoge, desde entonces, la estación con mayor tráfico de viajeros de Galicia. Un estreno que sirvió, además, para abrir –con un convoy compuesto por seis unidades– la línea férrea A Coruña-Santiago de Compostela que, al poco tiempo, pasaría a ampliarse para llegar hasta Zamora. Una monumental escalera de piedra que partía desde la rúa do Hórreo era el mejor de los prólogos para recibir a los viajeros que, tras atravesar un pórtico con cinco arcos flanqueado por dos torreones, llegaban a un pabellón central de dos pisos. Viajeros que, por entonces, debían desplazarse hasta el extrarradio para viajar en un tren que podía tardar hasta dos horas y 15 minutos en recorrer 74 km. Hoy, ese mismo entorno se ha convertido en el núcleo sobre el que se ha desarrollado la ciudad.