+de 200 KM/H M Muchas ciudades tienen su particular “área protegida”; aquel rincón especial, necesariamente con mucho encanto, que parece atrapado en el tiempo. Ahí están Montmartre, Albaicín, Trastévere, Alfama… El tesoro de Alicante ape-nas abarca diez estrechas y empinadas calles que se reco-rren a pie: el barrio de Santa Cruz o barri de Santa Creu. Situado a la ladera del castillo de Santa Bárbara, en la cum-bre del monte Benacantil, ese pináculo que rompe el perfil del litoral alicantino, es el lugar al que acudir para entender dónde se encontraba el recinto amurallado que dio origen a esta ciudad. Además, es la sugerente puerta de entrada a su enclave más dinámico: el centro histórico, “el Barrio”. La diseñadora Olga Stelmakhova en su tienda, Ostel (izquierda). La “Calle de las Setas” es el nombre con el que popularmente se conoce a la calle de San Francisco (derecha).